Alzamos la voz frente al racismo

En estos momentos, un enorme sufrimiento desgarra el alma de nuestra nación y el corazón de millones de personas alrededor del mundo. Para hacerle frente, debemos apoyarnos los unos en los otros y reconocer el miedo, el dolor y la indignación por la muerte sin sentido de George Floyd y por la larga historia de racismo que arrastramos.

Las heridas del pasado siguen abiertas. No solo en forma de violencia, sino también en una discriminación profundamente arraigada que vivimos a diario. Está presente en nuestro sistema penal, en el desproporcionado efecto que tienen las enfermedades sobre las comunidades de color, en las desigualdades que sufren nuestros barrios y en la educación que reciben nuestros hijos.

Aunque las leyes hayan cambiado, la realidad es que aún no protegen a todos por igual. Estados Unidos ha progresado mucho desde que yo era pequeño, pero no es menos cierto que las personas de color siguen siendo víctimas de discriminación y abuso.

He oído de muchos de vosotros que tenéis miedo. Miedo en vuestro entorno, miedo durante el día a día y, lo más cruel de todo, miedo en vuestra propia piel. No podremos decir que nuestra sociedad es ejemplar mientras no seamos capaces de garantizar que todas las personas que entregan su trabajo, su amor y su vida a este país lo hagan sin miedo.

La misión de Apple ha sido, es y será crear tecnologías que ayuden a la gente a hacer del mundo un lugar mejor. Nuestra fuerza reside en la diversidad. Nuestras tiendas reciben con los brazos abiertos a personas de cada rincón del planeta y hacemos lo posible para que Apple sea una marca que integre absolutamente a todos.

Pero no es suficiente. Por eso nos comprometemos a seguir llevando recursos y tecnologías esenciales a los entornos escolares desfavorecidos. Nos comprometemos a seguir luchando contra el cambio climático y las injusticias medioambientales que afectan en mayor medida a las comunidades de color. Nos comprometemos a seguir mirando hacia el futuro y a impulsar el progreso mediante la inclusión y la diversidad para que todas las grandes ideas sean escuchadas. Y seguiremos colaborando con organizaciones que combaten las injusticias raciales y los encarcelamientos en masa, como la Equal Justice Initiative.

Para que cambien las cosas, tenemos que revisar nuestras ideas y acciones. Tenemos que encarar el dolor tantas veces ignorado. Cuando se trata de la dignidad humana no se pueden cerrar los ojos. A la comunidad negra: tenéis nuestro apoyo. Vosotros importáis. Vuestras vidas importan.

A día de hoy, muchas personas están deseando volver a la normalidad, o a un statu quo que solo es cómodo si desviamos la mirada ante la injusticia. Aunque cueste admitirlo, este deseo es en sí mismo un signo de privilegio. La muerte de George Floyd es la prueba más trágica y alarmante de que no podemos conformarnos con un futuro normal, sino que debemos construir uno nuevo que esté a la altura de nuestros ideales de igualdad y justicia.

En palabras de Martin Luther King: «Todas las sociedades tienen defensores del statu quo y fraternidades de indiferentes que se duermen cuando hay una revolución. Hoy, nuestra supervivencia depende de nuestra capacidad para mantenernos despiertos, asimilar nuevas ideas, estar alerta y enfrentarnos al reto que suponen los cambios».

Cada paso que demos debe llevarnos en la dirección de esos cambios, rumbo a un mundo mejor y más justo para todos.